El conflicto comenzó cuando los policías intentaron replegar a los taxistas que bloqueaban la vialidad en protesta. En un intento de dispersar a los manifestantes y liberar el tránsito, un taxista aceleró su vehículo, embistiendo a varias policías y dejándolas tendidas en el asfalto. Tras el ataque, el agresor se dio a la fuga, lo que provocó la furia de sus compañeros y desencadenó una violenta trifulca.
Los taxistas, armados con tubos, palos y piedras, se enfrentaron a los policías en una riña que duró varios minutos. Durante el enfrentamiento, las fuerzas del orden lograron detener a tres de los manifestantes, entre ellos una mujer.
Las policías lesionadas fueron atendidas en el lugar por paramédicos del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) y posteriormente trasladadas a un hospital para recibir atención médica.
La situación llevó a la SSC a desplegar un fuerte operativo en la zona. Las autoridades lograron la detención del taxista responsable del atropello, quien ya se encuentra bajo custodia. Además, se procedió al aseguramiento de nueve unidades de taxi, que fueron llevadas al corralón.
El operativo de la SSC incluyó el uso de un vehículo tipo "Reno" para trasladar a los taxistas detenidos al Ministerio Público. La movilización en Insurgentes se mantiene para evitar nuevos incidentes y garantizar la seguridad en la zona.
Este enfrentamiento subraya la tensión entre los taxistas y las autoridades en la Ciudad de México, quienes a menudo se enfrentan por diversos motivos relacionados con la regulación y el control del transporte público. Las autoridades han hecho un llamado a mantener la calma y resolver las diferencias a través del diálogo.
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