Los hechos ocurrieron alrededor del mediodía en la intersección de la Avenida Luis Donaldo Colosio y Playa Chachalacas, cerca de los límites con Ecatepec. El hombre y su expareja sentimental circulaban por la zona cuando fueron interceptados por un auto desde el cual comenzaron a dispararles sin previo aviso. Testigos presenciaron la escena y describen cómo los atacantes huyeron a toda velocidad, dejando a la víctima gravemente herida sobre el pavimento.
El caos se apoderó rápidamente del lugar. Personas que se encontraban en las cercanías corrieron en busca de resguardo mientras sonaban los disparos. Minutos después, múltiples llamadas al número de emergencias 911 alertaron a las autoridades sobre lo ocurrido. La respuesta no se hizo esperar, y elementos de la policía estatal llegaron para asegurar la zona y coordinar la asistencia médica.
A pesar de los esfuerzos, cuando la ambulancia arribó al lugar y el personal paramédico intentó auxiliar al hombre, ya no pudieron hacer nada por él. Las múltiples heridas de bala habían acabado con su vida. El cuerpo quedó tendido en el arroyo vehicular, mientras las autoridades acordonaban el área para preservar la escena del crimen.
El ataque dejó a los residentes de la zona conmocionados, quienes observaban desde la distancia cómo los peritos realizaban las primeras diligencias. El cuerpo fue trasladado posteriormente al anfiteatro, donde se continuará con las investigaciones para intentar dar con los responsables.
La mujer que acompañaba al fallecido, quien resultó ilesa durante el tiroteo, fue detenida en calidad de testigo. Aunque no sufrió daño físico, su presencia en el momento del ataque la convierte en una pieza clave para la investigación. Cabe señalar que la relación entre ambos había sido turbulenta, ya que existía una denuncia previa de amenazas presentada por el hombre en contra de su expareja.
Las horas que siguieron al crimen fueron tensas, con familiares del hombre llegando al lugar y enfrentando la dolorosa realidad al ver a su ser querido sin vida. Los gritos de angustia llenaron el aire, mientras la policía resguardaba el sitio por más de cuatro horas, evitando el acceso de curiosos y esperando la llegada de los peritos para levantar el cuerpo.
